La robótica innova constantemente robots con las que velar por nuestra integridad en catástrofes naturales. Imagina cuáles son las consecuencias de un terremoto, de un un volcán en erupción expulsando lava y gases nocivos o bien un incendio en una planta de residuos químicos… ¿Por qué razón necesitamos proseguir arriesgando la vida para salvar otras?
Parece lógico pero es la cuestión que quizás se hicieron en su instante en IIT (Instituto Italiano de Tecnología) con Claudio Semini a la cabeza del equipo de Dynamic Legged Systems.
Los desastres en muchas ocasiones no se pueden detectar con antelación, y mucho menos minimizar las consecuencias devastadores derivados de ellas. Por este motivo en IIT, en colaboración con Moog Controls LTD., han trabajado en el proyecto de HyQReal, un robot zoomorfo con aspecto de cánido que tiene unas peculiaridades que le dejan ser el colaborador ideal para enfrentarse a situaciones de peligro.
El objetivo de este robot es eludir poner en peligro a humanos cuando se proponen poner a resguardo otras vidas. Conocemos otros robots con ruedas o bien bípedos, los que han probado disponer limitaciones para moverse entre restos, barro o bien hielo. Este robot ha sido creado con 4 patas con patas de goma, que le favorecen en la movilidad de un rover y aprovechar su rendimiento en entornos de riesgo.
HyQReal es la nueva versión de prototipos precedentes, como son HyQ y HyQ2 MAX, los cuales ya eran capaces de correr y brincar en terrenos abruptos. Gracias a la asociación con Moog Controls LTD., elevaron al máximo las capacidades de HyQReal a diferencia de las de sus antecesores. Ahora dispone algoritmos de IA, autonomía energética y un potente sistema avanzado de servos de nombre TRL-4, el cual se encuentra colocado en las rodillas de las patas del robot.
Debemos destacar su característica principal que es la asombrosa potencia que tiene, capaz de arrastrar un avión de más de tres mil kilos como podemos visualizar en el vídeo.
Las dimensiones de HyQReal son de noventa cm de altura por ciento treinta de longitud, con un peso que ronda los ciento treinta kilogramos.
Actualmente el androide necesita estar supervisado por un operario y por este motivo en IIT se están esmerando en progresar la distancia inalámbrica desde la que manipular el dispositivo.
La tecnología avanza, y muy pronto será capaz de tomar sus propias ideas él solo por medio de las cámaras y sensores que lleva instaladas.
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